La violencia doméstica no entiende de clases sociales. Llega de todas las formas posibles y puede afectar a personas de cualquier condición. No hay clase social, económica, étnica, religiosa o de género que esté exenta de este fenómeno.
En el ámbito de las relaciones abusivas hay un cierto patrón formado por diversos ciclos que suelen tener lugar ordinariamente. En la mayoría de las ocasiones, estas, tienen lugar en el marco de las relaciones afectivas, no limitándose únicamente a las parejas casadas, pudiendo existir en cualquier tipo de situación en la que se dé un cierto grado de intimidad.
¿Cómo le es posible a una persona determinar si se encuentra ante una relación abusiva? Al principio de cualquier relación, lo ordinario es que se dé un comportamiento pasional entre ambos miembros de la pareja. Hay un sentido de novedad que podría denominarse como la “etapa de la luna de miel”. La pasión y la actividad sexualestarán en esta fase en su punto álgido. En este periodo todo parece perfecto.
Sin embargo, en algún lugar de su mente, el amante apasionado puede comenzar a desarrollar un cierto sentimiento de posesión que podría interpretarse por la otra persona como un afán de protección.
Posteriormente comienzan a hacerse afirmaciones que podrían tomarse como demostración de amor, y lentamente la persona que es víctima, puede ir encontrándose cada vez más aislada de su familia y entorno.
Los celos de su pareja pueden parecer simplemente signos de amor, y poco a poco esas demostraciones de atención comienzan a transformarse en una situación malsana. Tu pareja pretenderá aislarte del mundo exterior, hablará mal de tus amigos y familia, y empezarás a distanciarte de ellos.
Hasta este punto, normalmente no te habrás dado cuenta de nada. Pero en la mayoría de los casos, a partir de aquí comienza a aumentar la tensión y el descontento de uno de los miembros de la pareja, que culpa al otro de todo lo que le sale mal o lo que cree que víctima hace de manera incorrecta.
Llegados a esta situación, comenzarás a cuestionarte qué es lo que has hecho mal para disgustar a tu pareja y, con frecuencia sucederá una explosión de violencia incontrolada. Como has perdido amigos y familia, lo normal es que te encuentres muy asustada, y al haberte distanciado de los mismos, serás más vulnerable.
Un estallido de violencia no tiene por qué implicar un ataque físico. Podrían ser gritos, comportamientos y comentarios degradantes, un escupitajo, un bofetón o un puñetazo al aire. Todo esto son signos de violencia.
La fase final del ciclo de comportamiento abusivo es el remordimiento. La persona que perpetra este tipo de conductas siente vergüenza de sí mismo, y normalmente promete que ello no volverá a ocurrir.
Una vez que se acepta este tipo de conductas del maltratador, aunque no se sea consciente, se está dando el primer paso para que el ciclo continúe y se repita una y otra vez.
Es importante que reconozcas estos signos de comportamiento abusivo, para que puedas conocer las opciones adecuadas y elegir la que sea más conveniente.
En España, en estos momentos, existen gran cantidad de lugares donde podrás solicitar ayuda, bien para tu propia curación personal, bien para la de tu pareja, antes de que la relación se degrade demasiado y exija una intervención externa.
La mayoría de los que perpetran actos de violencia doméstica no quieren hacerlo, no saben pedir ayuda, y la situación acaba derivando en un ciclo progresivo que se repetirá una y otra vez.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies.Más información sobre cookies
ACEPTAR
Share On